Wednesday, July 8, 2015

Frankenstein; or, The Modern Prometheus

Marianicorten o El Moreno Prometedor 

 (Revisión del clásico: Frankenstein; or, The Modern Prometheus) 


Me cito en un bar con una persona intrigante. Dice ser el creador de una criatura y que me quiere a mí para que cuente su historia. El hecho de que se presente a sí mismo como Dr.Frankestein y que asegure que su criatura es Marianico Rajoy me causa cierto escepticismo pero acudo a la cita con mi bloc de notas. A continuación os resumiré los hechos relatados en el encuentro de la semana pasada.



 “Yo, Dr. Frankestein en realidad me llamo Francisco Einstein lo del juego de palabras es algo simple. Lo de doctor es porque me gusta llamar la atención pero no es que lo sea de hecho siempre he sido un estudiante pésimo. Nunca saqué buenas notas y los profesores pensaban que tenía el nivel intelectual de Paquirrín. Lo que no me impidió acceder a una de las becas más prestigiosas en el CSIC tras sacarme un título en una universidad privada, porque esto es España y mi tío es diputado. 



Mi beca venía con una asignación bastante elevada así que no tuve problemas en encontrar un laboratorio que me acogiese. El problema es que siempre he sido un inútil y sólo estorbaba así que me recluyeron en un laboratorio dónde llevé a cabo toda clase de experimentos prohibidos sin supervisión. Estos experimentos se pueden resumir en ponerme máscaras e imitar voces delante de un espejo.



Un día en casa de mi tío les hice una demostración. Era el verano del 2002 e hice una imitación de Sufraga y Asnar promoviendo la Ley de Vagos y Maleantes. Eso cambió mi vida por completo. Después de contar un par de chistes de rojos un hombre vino a verme. Era el Ministro de Presidencia y que lo había sido de Interior, Marianico Rajoy Quesobrey. Me comentó que mi actuación había sido muy creíble y que le podía ser de mucha ayuda.



Él buscaba a alguien que pudiese hacer de secretario personal y que le pudiese suplantar en determinadas ocasiones: “hay veces que estás en casa fumándote un puro y no te apetece oír que ha habido un atentado u esas cosas que te arruinan una buena tarde de póquer y wiski”. Yo no creía que fuese capaz de hacerlo pero ensayé y conseguí un tono de voz bastante parecido. La cara-tonto siempre la he tenido así que sólo me dejé crecer la barba. Te pones gafas y tienes barba y nadie se fija en lo demás.



Todo fue bien hasta otoño de ese año. Yo estaba en Galicia y me llamó. Tenía que acudir urgentemente porque se había hundido un petrolero y todo el mundo estaba ocupado con cosas importantísimas. Cascos en una cacería, Asnar en un balneario, otros ministros recibiendo a la delegación rusa de prostitutas de intercambio en un puticlub y a nadie le apetecía irse hasta Galicia porque allí llueve.



Me dijeron que era muy fácil. Que leyera lo que me pasaran e hiciera lo que me dijera el que supiera de qué hablaba. Yo llegué allí y un montón de gente se puso a preguntarme: la prensa si era verdad que el barco era monocasco, el secretario de estado que dónde estaba el presidente, el camarero que si quería el café con o sin leche… así que alguien ,que resultó ser el Jefe de la Marina Mercante, me preguntó que qué hacíamos con el barco. Yo, que estaba sobrepasado, le espeté:

- A tomar por culo el barco.

Él se puso blanco de repente. Me enteré a posteriori que querían reparar el barco en el puerto de La Coruña y después pasar la minuta al armador, que llevarlo a mar abierto era una locura. Él no se atrevió a contradecir al todopoderoso ministro y el resultado ya sabes cómo fue. El muy hijo de puta se vengó haciéndome leer eso de ‘los hilitos de plastilina’.


Yo dije que hasta ahí habíamos llegado pero entonces me llamó el mismísmo Asnar para pedirme los resultados de mi ‘proyecto’. Le resumí que Marianico Rajoy era una persona fácil de suplantar porque nadie espera una respuesta informada o inteligente de él, así que un mono con lapicero (pero con barba y gafas) podría pasar por él en cualquier reunión. Esa conversación desembocó en que fuese elegido candidato a la presidencia en vez de Rodrigo Parrato.



No supe más de esto hasta que Rajoy y Esperanza murieron en accidente de helicóptero en 2005. Me llamó la persona que había continuado mi proyecto durante esos tres años. Ni más ni menos que José Luis Moreno. Ahora entendía porque no seguía en televisión española. Me explicó que mi proyecto era una sola de las tres patas del proyecto Troika. El proyecto Troika consistía en suplantar a los líderes políticos mediante tres ramas: el uso de marionetas, de robots o de dobles disfrazados con gafas y barba. Yo había hecho una de las patas, José Luis Moreno la del Master of Puppets y Fermín Aitor creó el bot de Esperanza Aguirre. Aunque no lo hizo muy bien porque no envejece externamente pero sus circuitos se vuelven seniles al poco rato y tienen que remplazarlos. 



Moreno me dijo que para la mayoría de las situaciones sus muñecos funcionaban a las mil maravillas pero de vez en cuando necesitaban a una persona de verdad. Por ejemplo, durante un partido de fútbol es complicado hacer que un muñeco sude y se tire pedos así que podrían ser descubiertos en las zonas vip. Muy a mi pesar he ido suplantando a Marianico Rajoy en diversos actos durante años. No es que sea demasiado duro ya que la mayor parte de su agenda es asistir a comilonas y partidos de fútbol pero no siempre es así. Una vez me enviaron a una entrevista con Pedro J. y Moreno me escribió lo que tenía de que decir. El muy soberbio en vez de hacerlo con su puño y letra lo hizo mediante Doña Rogelia y era incompresible tuve que decir ‘que no entiendo mi letra’. Dios mío me jode quedar como un gilipollas al menos cuando la gente se cree que soy Marianico no me importa.



Te estoy contando todo esto porque desde que nos eligieron como presidente del Gobierno se nos ha ido de las manos. Voy a las reuniones del Eurogrupo y para no cagarla me pongo música a tope en los cascos y si alguien me pregunta le digo que no hablo inglés aunque me pregunten en castellano.



Yo he querido parar muchas veces pero Moreno está desatado. De hecho Carlos Areces me ha sustituido muchas veces. Él se piensa que hace un gag como el de Chiquilicuatre en Eurovision pero no sé si a alguien le sigue haciendo gracia. En campaña electoral le convencieron que un mitín electoral era el club de la comedia y dijo eso de: “España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles”. El tío se sorprendió de que aplaudiesen en vez de reírse.



Estoy desesperado no sé cómo acabar esto. A mí me gusta el vino pero no tanto.”


Este relato es sólo ficción. No atenta contra ninguno de los artículos de la Ley de Seguridad Ciudadana ni contra el nuevo Código Penal. Formará parte de una nueva serie de etiquetas en el blog: “La más grande historia otra-vez contada” donde se revisarán clásicos de hoy y de siempre.

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